RELACIÓN CON EL RACIONALISMO DE DESCARTES
La realidad (ontología). Para Descartes la única existencia
cierta es lo percibido con certeza por la razón. Una realidad que es idéntica y
la misma para todos los sujetos que apliquen correctamente el método.
Ortega lo
critica porque es un mundo ultravital y extrahistórico, ya que en Descartes
nada material y sensible que tenga vinculación con la vida y con la historia es
real.
Tal realidad
racionalista no es perspectivista ni
histórica; es absoluta.
Frente a
Descartes Ortega propone una realidad perspectivista: “La perspectiva es uno de
los componentes de la realidad. Lejos de ser su deformación, es su
organización.”
El conocimiento (epistemología). Para
Descartes es verdadero lo que la razón perciba con claridad y distinción. La
razón que alcanza la claridad y distinción es una razón separada y sin ningún
contacto con el cuerpo: La sustancia pensante. Para Descartes precisamente
cuando la razón entra en contacto con el cuerpo y con lo sensible, se deja
llevar por los sentidos, con la vida, es cuando entonces pierde la posibilidad
de alcanzar la verdad.
Para Ortega,
el conocimiento es siempre desde una vida, desde unas condiciones temporales,
socioculturales e históricas concretas, es decir, desde un punto de vista. La
circunstancia de cada sujeto determina la parte de ralidad a la que tiene
acceso. Por tanto ningún sujeto ni ninguna época histórica podrán alcanzar
conocimiento verdadero, absoluto y definitivo. Si embargo la parte de la verdad
alcanzada es, precisamente eso, una parte de la verdad.
El ser humano (antropología). Descartes defiende un dualismo
antropológico. Propone que lo único indudable de la existencia es el yo pienso,
una sustancia que se defina como pensamiento. Lo corporal es una sustancia
extensa, separada del yo, distinta.
Para Ortega
lo que define al ser humano es su vivir. La vida no es una cosa o sustancia que
se pueda definir como pensamiento o como cualquier otra cosa. El hombre no
tiene naturaleza, tiene historia. Es un ser que se está haciendo incesantemente
a sí mismo, decidiendo desde el marco de libertad que le ofrece su
circunstancia. La definición de cualquier aspecto humano que olvide que nace de
lo vital es una abstracción.
RELACIÓN CON EL VITALISMO Y RELATIVISMO DE NIETZSCHE.
La realidad (ontología). Según Nietzsche no hay mas realidad
que la vida. Los conceptos con los que la filosofía ha descrito al mundo, como
ser, idea, sustancia, causa,,, son vacíos, no recogen nada de lo real, que se
caracteriza por ser, devenir, cambio, movimiento… La realidad para cada
hombre es su vida, por lo que esta
realidad es perspectiva, relativa e irracional.
Ortega acepta
el perspectivismo de Nietzsche despojándolo de su relativismo e irracionalidad.
La perspectiva es el principio organizador de la realidad, por lo que esta
ofrece a cada sujeto una vertiente o parte de sí misma.
El conocimiento (epistemología). Nietzsche defiende que la razón nos
engaña porque nos presenta un mundo estático, inexistente. Cualquier intento
por superar lo concreto y particular a través de la conceptualización supone una aniquilación de la realidad
(irracionalismo). Los sentidos nos muestran el mundo real que es el devenir.
Ellos son el único instrumento de conocimiento válido. Por tanto el conocimiento
es relativo a cada sujeto (relativismo)
Para Ortega
frente a este irracionalismo y relativismo, hay un perspectivismo. Cada sujeto
conoce desde su punto de vista, desde una razón inscrita en su circunstancia
(razón vital). Sin embargo esa circunstancia no le imposibilita acceder a la
verdad. Lo que conoce es verdadero, aunque no toda la verdad. Por tanto la
realidad completa nunca será conocida porque presenta tantas perspectivas como
seres humanos.
El ser humano (antropología). Para Nietzsche la vida humana es esencialmente
inconsciencia e instinto. El ser humano debe tener la valentís suficiente para
ejecutar sus instintos. Los únicos valores que debe alimentar son los vitales
(vitalismo). El hombre definido como un ser que busca valores absolutos (la
verdad, el bien, la belleza) es solo una ilusión del racionalismo o del
cristianismo, que niegan los rasgos propios de la vida y que condenan al ser
humano a que viva de un modo antivital. La filosofía occidental ha definido al
hombre por lo que no es: intelecto, razón, pureza, quietud, contemplación de lo
trascendente…
Ortega
critica este vitalismo: el ser humano no puede prescindir de la cultura; de
querer conocer la verdad, actuar bien y contemplar lo bello. Ortega define al
hombre como un “devorador de verdades”: se alimenta de verdades porque necesita
saber a qué atenerse. Sin verdad no hay hombre, pero esa verdad solo es
accesible y útil desde y para un ser humano que es razón vital
(raciovitalismo).
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